La casa es impresionante con decoración histórica y un desayuno delicioso. Sin embargo, el aparcamiento puede ser complicado, especialmente en verano.

El desayuno era un verdadero festín, con productos locales frescos y una elegante presentación que hacía cada mañana especial.

Echamos de menos una pequeña nevera en la habitación. aunque el propietario fue muy amable y nos ofreció usar el frigorífico de la cocina.

Un lugar encantador, con habitaciones decoradas con mucha atención al detalle. José Antonio es un anfitrión excepcional. El desayuno es un festín. Sin duda, volvería. 😊

explorando almaden desde un hotel con estilo y encanto

Mi estancia aquí fue maravillosa. no solo disfruté de la decoración cuidada y el ambiente acogedor, sino que también pude explorar fácilmente el Parque Minero de Almaden, a solo 15 minutos a pie, y el Museo del Minero, que estaba a menos de 10 minutos, haciendo que cada paseo valiera la pena. el propietario es increíblemente atento y amable, lo que sumó a la experiencia ya enriquecedora de conocer la historia del lugar. definitivamente, un hotel que recomiendo para un escapada de fin de semana en esta bonita ciudad, aunque debo mencionar que el aparcamiento es un poco complicado, pero vale la pena por todo lo demás.

Cuidado en la decoración, visitas históricas personalizadas, encanto arquitectónico

La ausencia de aire condicionado resulta agobiante en verano!!! La falta de lugares para estacionar cerca del hotel complica las llegadas y los equipajes. Aún hay áreas que merecen una mejora en mantenimiento, ¡y la limpieza de espacios comunes también necesita atención!!!

Se recomienda aprovechar el servicio de visitas guiadas ofrecido por el propietario, que añade un valor significativo a la experiencia del hotel.

Reseña exprés para los que van con prisa

Un lugar encantador que evoca el pasado, con un trato excepcional por parte del personal. El desayuno es un manjar, lleno de opciones frescas. Sin embargo, la falta de aire acondicionado puede ser un inconveniente en verano.

La experiencia en este lugar fue una delicia. Habitaciones amplias y bien hechas, desayuno de rechupete con todo lo que uno puede imaginar. José Antonio, el dueño, un saludo amable que te hace sentir como en casa. Totalmente recomendado para desconectar un rato.

la historia cobra vida en cada rincón del hotel

exploración cultural, desayuno abundante

falta de televisión

La estancia fue agradable, con una decoración cuidada y un desayuno bueno. Sin embargo, la falta de aparcamiento cercano y algunos detalles de mantenimiento son aspectos que podrían mejorarse. Aun así, es un lugar recomendable para quienes buscan una experiencia diferente y acogedora.

La decoración en Boutique Condes Fúcares es tan encantadora que hace que los cuentos de hadas parezcan historias de la vida real—cada rincón invita a quedarse a contemplar. El desayuno era como un festín de bodas con sus tartas caseras y mermeladas que parecían hechas por una abuela amorosa.

Falta de aparcamiento

La habitación era amplia y bien decorada, un placer descansar allí. El desayuno era un verdadero festín con mermeladas caseras y panes que deleitaban. José Antonio, el dueño, estaba siempre dispuesto a ayudar con una sonrisa.

Me ha encantado todo.

Lugar encantador, habitaciones con mucho estilo y un desayuno espectacular. El dueño es muy amable y se nota que le apasiona su historia. Sin duda, una experiencia única, aunque el estacionamiento puede ser un poco complicado.